domingo, 30 de mayo de 2010

martes, 25 de mayo de 2010

UNA PARADOJA LLAMADA TRINIDAD


Esta paradoja es la que nos nutre la que llena nuestra vida.
La esencia de Dios que es relación y comunión, es darse y entregarse, pregunta y respuesta.
Es la paradoja entre Personas, paradoja del Amor elevado a la enésima potencia y no puede ser otra cosa que Revelación.
Sin separación ni confusión, es una compenetración perfecta y eterna.
Algunas razones para creer. Vittorio Messori-Michele Brambilla

sábado, 15 de mayo de 2010

La CRUZ nos da VIDA















La cruz de la JMJ también en Barcelona!

martes, 11 de mayo de 2010

La mission: origine-motivation-finalité Trinitaire




"Comme le père m'a envoyé, moi aussi je vous envoi"




La mission n'est rien d'autre que de comprendre et d'entrer dans ce cercle d'amour, ce dialogue trinitaire qui inclut la création, la redemption et la sanctication.

La mission prend sa source d'abord dans la Sainte trinité, à son image elle est gratuité, don total de soi, liberté de relation; ensuite dans l'Eglise ou elle devient passion pour Dieu et passion pour l'homme; et enfin au sein de la communauté ou elle est intériorisée: il s'agira donc d'un amour vécu en nous, entre nous pour etre ensuite proposé au monde
Prenons le temps de nous demander quel école Jésus à fonder? quel hopital il a ouvert ou encore quel usine pour donner du travail aux chomeurs, quel association de militant pour défendre une quelconque cause humanitaire est-il l'initiateur? Mais il s'est occupé de toutes ces facettes(enseignant, guérissant, défendant le droit des exclus), pour nous dire "J'aime l'Homme entier, je n'ai pas pris d'avion ni de train, mais j'ai fais le plus grand voyage pour atteindre l'abyssal de l'Homme, pour le toucher. Je viens de si loin et je m'arrete juste là devant toi Homme, ou commence ton néant. J'ai parcouru cette distance qui séparait l'Homme de Dieu pour lui dire: JE T'AIME et je désire ton amitié, ton regard, suis-moi pour aimer à ton tour, entre avec moi dans l'aventure de l'amour". Mission confié aux disciples et à chacun de nous en cette fete de l'ascension du christ.

miércoles, 5 de mayo de 2010

La Cruz nos da vida


Esta Cruz peregrina ha recorrido miles de kilómetros por todo el mundo, visitando lugares de dolor y sufrimiento pero también de esperanza para los que sufren.
¡Ante ella han rezado jóvenes de todos los continentes!
La Cruz de la JMJ quiere convocar a los jóvenes para que experimenten que en la Cruz de Jesucristo hay un motivo fuerte para el amor, para la esperanza y para la fe; muchos jóvenes que han caminado o rezado al lado de la Cruz han entendido mejor la Resurrección y han encontrado el valor para tomar decisiones respecto a sus vidas.

La Cruz de los jóvenes llegará a Cataluña el viernes 14 de mayo en una vigília de oración en la basílica de Santa Maria del Mar a las 22h, organizada por la "Delegació de Pastoral de Juventut".

Música, palabras, testimonios...Todos los jóvenes de Barcelona están invitados a participar en esta vigília y concierto.
Laicos, religiosos y religiosas, movimientos, parroquias, congregaciones, todos estamos convocados a compartir esta oración que nos hace más iglesia.
Al día siguiente, la Cruz viajará hasta la diocesis de Tarragona y el 22 de mayo estará presente en la celebración de "l’Aplec de l’Esperit" en Terrassa.

lunes, 3 de mayo de 2010

La Sábana Santa es un icono escrito con sangre


(Meditación pronunciada por Benedicto XVI ante la Sábana de Turín)

Queridos amigos:

Se trata de un momento muy esperado por mí. En otra ocasión, estuve ante la Sábana Santa, pero ahora vivo esta peregrinación con particular intensidad: quizá porque el paso de los años me hace todavía más sensible al mensaje de este extraordinario icono; quizá, y diría sobre todo, porque estoy aquí como sucesor de Pedro, y traigo en mi corazón a toda la Iglesia, es más, a toda la humanidad. Doy las gracias a Dios por el don de esta peregrinación, y también por la oportunidad de compartir con vosotros una breve meditación, que me sugiere el subtítulo de esta solemne exposición: "El misterio del Sábado Santo".

Se puede decir que la Sábana Santa es el icono de este misterio, icono del Sábado Santo. De hecho, es una tela de sepulcro, que ha envuelto el cuerpo de un hombre crucificado, y que corresponde en todo a lo que nos dicen los Evangelios sobre Jesús, quien crucificado hacia mediodía, expiró a eso de las tres de la tarde. Al caer la noche, dado que era la Parasceve, es decir, la vigilia del sábado solemne de Pascua, José de Arimatea, un rico y autorizado miembro del Sanedrín, pidió valientemente a Poncio Pilato que le permitiera sepultar a Jesús en su sepulcro nuevo, que había excavado en la roca a poca distancia del Gólgota. Tras alcanzar el permiso, compró una sábana y, tras la deposición del cuerpo de Jesús de la cruz, lo envolvió con aquel lienzo y lo puso en aquella tumba (Cf. Marcos 15,42-46). Es lo que refiere el Evangelio de Marcos y con él concuerdan los demás evangelistas. Desde ese momento, Jesús permaneció en el sepulcro hasta el alba del día después del sábado, y la Sábana de Turín nos ofrece la imagen de cómo era su cuerpo en la tumba durante ese tiempo, que cronológicamente fue breve (en torno a un día y medio), pero con un valor y un significado inmenso e infinito.

El Sábado Santo es el día del escondimiento de Dios, como se lee en una antigua homilía: "¿Qué es lo que hoy sucede? Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y soledad, porque el Rey duerme [...]. Dios en la carne ha muerto y el Abismo ha despertado" (Homilía sobre el Sábado Santo, PG 43, 439). En el Credo, profesamos que Jesucristo "padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos".

Queridos hermanos y hermanas: en nuestro tiempo, especialmente después del siglo pasado, la humanidad se ha hecho particularmente sensible al misterio del Sábado Santo. El escondimiento de Dios forma parte de la espiritualidad del hombre contemporáneo, de manera existencial, casi inconsciente, como un vacío en el corazón que ha ido haciéndose cada vez más grande. Al final del siglo XIX, Nietzsche escribía: "¡Dios ha muerto! ¡Y nosotros le hemos matado!". Esta famosa expresión, si se analiza bien, es tomada casi al pie de la letra, por la tradición cristiana, con frecuencia la repetimos en el Vía Crucis, quizá sin darnos cuenta plenamente de lo que decimos. Después de las dos guerras mundiales, de los lagers y de los gulags, de Hiroshima y Nagasaki, nuestra época se ha convertido cada vez más en un Sábado Santo: la oscuridad de este día interpela a todos los que reflexionan sobre la vida, de manera particular nos interpela a nosotros, creyentes. También nosotros tenemos que vérnoslas con esta oscuridad.

Y, sin embargo, la muerte del Hijo de Dios, de Jesús de Nazaret, tiene un aspecto opuesto, totalmente positivo, fuente de consuelo y de esperanza. Y esto me hace pensar en el hecho de que la Sábana Santa se comporta como un documento "fotográfico", dotado de un "positivo" y de un "negativo". De hecho, es precisamente así: el misterio más oscuro de la fe es al mismo tiempo el signo más luminoso de una esperanza que no tiene confines. El Sábado Santo es la "tierra de nadie" entre la muerte y la resurrección, pero en esta "tierra de nadie" ha entrado Uno, el Único, que la ha recorrido con los signos de su Pasión por el hombre: "Passio Christi. Passio hominis". Y la Sábana Santa nos habla exactamente de ese momento, es testigo precisamente de ese intervalo único e irrepetible en la historia de la humanidad y del universo, en el que Dios, en Jesucristo, ha compartido no sólo nuestro morir, sino también nuestra permanencia en la muerte. La solidaridad más radical.

En ese "tiempo-más-allá-del-tiempo", Jesucristo "descendió a los infiernos". ¿Qué significa esta expresión? Quiere decir que Dios, hecho hombre, ha llegado hasta el punto de entrar en la soledad máxima y absoluta del hombre, donde no llega ningún rayo de amor, donde reina el abandono total sin ninguna palabra de consuelo: "los infiernos". Jesucristo, permaneciendo en la muerte, cruzó la puerta de esta soledad última para guiarnos también a nosotros y atravesarla con él.

Todos hemos experimentado alguna vez una sensación aterradora de abandono, y lo que más miedo nos da de la muerte es precisamente eso, como niños que tenemos miedo de estar solos en la oscuridad y sólo la presencia de una personas que nos ama nos puede tranquilizar. Esto es precisamente lo que sucedió en el Sábado Santo: en el reino de la muerte resonó la voz de Dios. Sucedió lo impensable: es decir, el Amor penetró "en los infiernos"; incluso en la oscuridad máxima de la soledad humana más absoluta podemos escuchar una voz que nos llama y encontrar una mano que nos saca afuera. El ser humano vive por el hecho de que es amado y puede amar; y si incluso en el espacio de la muerte ha llegado a penetrar el amor, entonces incluso allí ha llegado la vida. En la hora de la máxima soledad nunca estaremos solos: "Passio Christi. Passio hominis".

¡Este es el misterio de Sábado Santo! Precisamente desde allí, desde la oscuridad de la muerte del Hijo de Dios, ha surgido la luz de una nueva esperanza: la luz de la Resurrección. Me parece que al contemplar esta sagrada tela con los ojos de la fe se percibe algo de esa luz. La Sábana Santa ha quedado sumergida en esa oscuridad profunda, pero es al mismo tiempo luminosa; y yo pienso que si miles y miles de personas vienen a venerarla, sin contar a quienes la contemplan a través de las imágenes, es porque en ella no sólo ven la oscuridad, sino también la luz; más que la derrota de la vida y del amor, ven la victoria, la victoria de la vida sobre la muerte, del amor sobre el odio; ciertamente ven la muerte de Jesús, pero entrevén su Resurrección; en el seno de la muerte ahora palpita la vida, pues en ella mora el amor. Este es el poder de la Sábana Santa: del rostro de este "varón de dolores", que carga con la pasión del hombre de todo tiempo y lugar, incluso con nuestras pasiones, nuestros sufrimientos, nuestras dificultades, nuestros pecados --"Passio Christi. Passio hominis"-- emana una solemne majestad, un señorío paradójico. Este rostro, estas manos y estos pies, este costado, todo este cuerpo habla, es en sí mismo una palabra que podemos escuchar en silencio ¿Cómo habla la Sábana Santa? ¡Habla con la sangre, y la sangre es la vida! La Sábana Santa es un icono escrito con sangre; sangre de un hombre flagelado, coronado de espinas, crucificado y herido en el costado derecho. La imagen impresa en la Sábana Santa es la de un muerto, pero la sangre habla de su vida. Cada traza de sangre habla de amor y de vida. Especialmente esa gran mancha cercana al costado, hecha de la sangre y del agua manados copiosamente de una gran herida provocada por una lanza romana, esa sangre y ese agua hablan de vida. Es como un manantial que murmura en el silencio y nosotros podemos oírlo, podemos escucharlo, en el silencio del Sábado Santo.

Queridos amigos, alabemos siempre al Señor por su amor fiel y misericordioso. Al salir de este lugar santo, nos llevamos en los ojos la imagen de la Sábana Santa, llevamos en el corazón esta palabra de amor, y alabamos a Dios con una vida llena de fe, de esperanza y de caridad. Gracias.